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flebología: várices

 

Un recurrente tema de consulta es el de las várices, en esta nota se aclaran algunos mitos y se ofrecen también datos acerca de avances en el tratamiento de las mismas.

 

La sangre de las piernas retorna hacia el corazón por venas profundas y superficiales. Estas venas tienen válvulas que impiden que la sangre retroceda hacia los pies, ayudando a que fluya en contra de la fuerza de la gravedad. Cuando estas válvulas se deterioran por diversas causas, la sangre de las piernas no fluye adecuadamente y se estanca en las venas generando aumento de presión de la sangre, haciendo que las venas se dilaten y tensen, apareciendo las várices debajo de la piel de piernas y muslos.

 

Estas venas dilatadas permanentemente se llaman várices, y si bien pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, lo hacen generalmente en las piernas, son bastante frecuentes sobre todo, en mujeres a partir de los 30 años.

 

Aunque la mayoría no son peligrosas, causan problemas estéticos y malestares tales como: pesadez, cansancio en las piernas y calambres, hacia el final de la jornada especialmente en personas que permanecen de pie. Habitualmente los síntomas se manifiestan por la noche en la cama, produciendo inquietud y desasosiego y empeoran en verano con el calor.

 

Pueden aparecer además trombos superficiales al coagularse la sangre dentro de la várice. La vena se endurece y la piel se enrojece y duele. Estas trombosis superficiales son mucho menos serias que las profundas y no suelen dar complicaciones graves aunque sí molestias durante 7-15 días.

 

Las piernas llegan a hincharse y la piel de los tobillos se vuelve muy fina y frágil y de color pardo (como acartonada). También puede lesionarse esa piel, generalmente en la parte interna de los tobillos provocando úlceras que cicatrizan con dificultad y requieren atención médica para evitar su infección y progresión.

 

Para prevenir el desarrollo de várices, o impedir que progresen, es recomendable evitar estar mucho tiempo de pie y quieto.

 

Es importante realizar ejercicios que activen la circulación de las piernas; es bueno  llevar una media elástica compresiva, especialmente si se trabaja de pie. Estas indicaciones son válidas también durante el embarazo.

 

Con respecto al tratamiento podemos decir que existe una variedad de ellos: la medicación por vía oral para el alivio de los síntomas (pesadez y cansancio en las piernas).

 

Las várices muy pequeñas (arañas vasculares), pueden desaparecer mediante la inyección de sustancias esclerosantes en las mismas.

 

Si las várices son gruesas requieren en muchas oportunidades de cirugía.

Frente a la presencia de várices conviene consultar tempranamente para poder tratarlas y evitar su progresión.

 

Dr. Martín Salvetti

Flebología – Clínica Médica

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